Maravillado por tu belleza
cuando sin darte cuenta te observo
e incluso si te imagino o recuerdo.
Me impresionas con el frío que emanas
cuando nuevamente entre mis manos te tengo,
así, atrapada con mis sentimientos.
Entre mis dedos mil caricias te esperan
mientras me inspiras
como mi musa guerrera.
Tú mejor que nadie conoces mis labios,
en ellos caes rendida, relajada y juguetona
mientras mi inspiración hace presencia.
Y pues si aparece mi mayor enemigo,
tu estás ahí, a mi lado,
dispuesta para todo lo que se me antoje.
Y es entonces cuando mis manos se aferran a ti,
con fuerza y firmeza,
a la vez que con ese nerviosismo característico,
como si fuese la primera vez ...
Y juntos vencemos al enemigo
mientras entre mares de tinta navegamos...
y mientras divisamos en el horizonte
nuestro paraíso,
a nuestra vieja amiga, INSPIRACIÓN, saludamos.
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