Fue, algo así como un crujir profundo. Algo se rasgó hasta romperse. Miré a todos lados, enérgico, con intriga, pero no encontré nada, todo estaba igual, inmóvil, esperando a la acción de una fuerza humana.
No fue hasta aquel momento cuando reparé en mí. De pronto, me inundó una oleada de sensaciones, pena, dolor, sinrazón, melancolía.
Y entonces fue cuando me di cuenta.
Sentí ser una milésima particula,
una de esas que conforman la ceniza y comprendí que aquel sonoro rasgado no había sido otra cosa más que mi corazón, se rasgó hasta romperse y ahora, ahora es simplemente eso, un saco de cenizas...
Orgav
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